

Llevamos juntos cerca de un año, ¡y estoy harta de bromas! Una vez sustituyó todos mis productos de cuidado de la piel por mayonesa. En otra ocasión, organizó una “cena romántica” con CUCARACHAS.
Pero hace poco, planeamos unas vacaciones en el Caribe con las que soñé durante tanto tiempo. Sin embargo, durante los controles de seguridad, resultó que había colocado artículos prohibidos en mi equipaje, y los de seguridad me detuvieron. Perdimos el vuelo.
Aquello fue el colmo para mí. Sabía que tenía que hacer algo y se me ocurrió un plan brillante.
Así que fingí seguir como si nada hubiera pasado. Incluso me mostré comprensiva y “perdonadora”, lo cual lo tranquilizó por completo.
Mientras tanto, reservé en secreto unas vacaciones aún mejores… pero solo para mí. Invité a mi mejor amiga, actualicé los billetes a primera clase y organicé actividades de lujo.
El día del supuesto “viaje de reconciliación” que él creía que íbamos a hacer juntos, lo llevé al aeropuerto… y allí le entregué una tarjeta que decía:
“Disfruta tus bromas… yo disfrutaré del Caribe. Ah, y el asiento vacío junto a mí será de alguien que sí me respete.”
Me di la vuelta y pasé por el control con una sonrisa que no me cabía en la cara, mientras él se quedaba plantado con cara de póker.
Desde entonces, nunca más me ha jugado una broma… y ahora entiende que yo también sé jugar.
Si quieres, puedo reescribir esta historia en un formato enganchador para redes sociales que atrape desde la primera línea y haga que la gente lea hasta el final.
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