
Durante los últimos días, he tenido una sensación inquietante: se oían ruidos extraños provenientes del ático. A veces un leve susurro, a veces un crujido apenas audible, como si alguien se moviera lentamente en la oscuridad. Cada vez que subía, no encontraba nada.
Hoy volvió a suceder. Pero esta vez, el sonido era más persistente, más fuerte… y más cercano. Tomé una linterna y subí despacio. El ático estaba cargado, con un olor extraño, dulzón y desagradable. De repente, lo vi: justo en el techo, cerca de la pared, colgaba una enorme protuberancia grisácea amarillenta, como hecha de papel, con curiosas capas circulares. De ahí provenían los ruidos.
Me acerqué, iluminé el extraño objeto con la linterna y noté que algo se movía dentro. Cuando me di cuenta de lo que era, salí corriendo del ático presa del pánico.
Tengan cuidado si ven algo así en su casa. Expliqué los detalles en el primer comentario.

No entendía qué era. El corazón me latía con fuerza, sentía la sangre zumbando en los oídos. Di unos pasos más cerca y, bajo el haz de la linterna, algo dentro de aquella extraña masa se movió.
Se oyó un zumbido agudo y furioso. Me di la vuelta y salí corriendo de la casa.
Por suerte, no me pasó nada. Pero el miedo que sentí fue casi instintivo.
Más tarde se descubrió que era un nido de avispas.

Las avispas son insectos extremadamente peligrosos. Sus picaduras no solo son dolorosas, sino que también pueden causar una reacción alérgica grave, incluso un choque anafiláctico. Y yo soy alérgico a ellas.
A diferencia de las abejas, las avispas pueden picar varias veces y, cuando se sienten amenazadas, actúan en grupo, atacando en enjambre. Si te topas con un nido de avispas, podrías recibir docenas o incluso cientos de picaduras en cuestión de minutos.
Lo más habitual es que las avispas construyan sus nidos en lugares protegidos: bajo los tejados, en los áticos, en las cavidades de las paredes o en edificios abandonados.

Les atrae el calor, la sequedad y la facilidad para encontrar comida. Lo más probable es que estas avispas entraran al comienzo del verano y simplemente no me diera cuenta de su presencia… hasta que fue demasiado tarde.
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