En el aeropuerto, la gente vio a un soldado tendido en el suelo frío, con un pastor alemán sentado a su lado que ladraba a los transeúntes. La multitud se horrorizó al comprender el motivo del extraño comportamiento del perro.

En el aeropuerto, la gente vio a un soldado tendido en el suelo frío, con un pastor alemán sentado a su lado que ladraba a los transeúntes. La multitud se horrorizó al comprender el motivo del extraño comportamiento del perro.😱😱

Esa mañana, el aeropuerto estaba ajetreado: gente corriendo, haciendo cola para comprar café o sentada junto a las ventanas viendo despegar los aviones.

Todo transcurría con normalidad hasta que la gente empezó a detenerse en uno de los pasillos. Algunos pensaron que se estaba grabando un vídeo, otros temieron que hubiera ocurrido algo grave.

En el suelo, sobre las frías baldosas, yacía un joven con uniforme militar. Su rostro estaba pálido, sus ojos cerrados. A su lado, un gran y robusto pastor alemán le miraba con atención. El perro permanecía inmóvil, pero observaba con cautela a todo aquel que pasaba. Cada vez que alguien se acercaba, se ponía de pie y comenzaba a gruñir. No atacaba, pero su señal era clara: «No se acerquen».

La gente intercambiaba miradas, algunos susurraban:

—¿Está bien?
—¿Está respirando?
—¿Debemos llamar a una ambulancia?

Los guardias de seguridad se acercaron rápidamente, pero el perro los recibió con una mirada seria y fuertes ladridos de advertencia. La multitud se puso tensa; muchos pensaron que el soldado había perdido el conocimiento, y su fiel perro no dejaba que nadie se acercara.

Entonces un joven se adelantó para comprobar si el soldado respiraba, pero el perro ladró fuerte y con valentía. De repente, en medio de la tensión, el soldado abrió los ojos. Todos comprendieron entonces el motivo del extraño comportamiento del perro. ( 😱😱Continúa en el primer comentario)👇👇

El soldado miró con calma al perro, luego a la gente, se incorporó un poco y bostezó. La multitud se quedó paralizada.

—Está bien —dijo con una sonrisa algo avergonzada—. Solo estoy cansado. He viajado mucho tiempo, apenas he dormido. Dormimos en sitios peores en el campo. Al menos aquí el suelo es plano.

Resultó que simplemente se había acostado a descansar un rato, y su perro había estado vigilando su sueño todo el tiempo — para que nadie lo molestara, tocara o le robara nada.

La tensión entre la multitud se disipó de inmediato. Algunos sonrieron, otros bromearon:

—¡Qué guardia tiene usted, señor!

El personal de seguridad, convencido de que todo estaba bien, insistió en que el hombre se levantara y fuera a la sala de espera. Un miembro del personal médico, que ya estaba de guardia, le tomó el pulso y la respiración; todo era normal.

Las personas que estaban alrededor, inicialmente preocupadas, ahora mostraban preocupación: “Menos mal que no fue nada grave”, “¡Qué perro tan inteligente, un verdadero protector!”.

El soldado se levantó, dio las gracias a la gente y se alejó tranquilamente con el pastor alemán hacia la sala de espera. Los pasajeros que presenciaron la escena comentaron durante un buen rato lo inteligente y leal que era aquel perro.

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