Mi hija me miró fijamente a los ojos y me dijo: «Ya no hay sitio para ti aquí. Tienes que irte». Así lo hice. Me marché en silencio. Y al día siguiente, con el poco dinero que me quedaba, tomé una decisión que nadie previó.
Las palabras me impactaron inesperadamente. Mi hija, la niña que había acunado para dormir, ahora era más alta de lo que recordaba, con una mirada […]